Cementerio da Saudade
Ribeirão Preto (São Paulo – SP)
Ribeirão Preto (São Paulo – SP)
La ciudad de Ribeirão Preto se destaca, actualmente, como un polo económico de la producción de caña de azúcar, con un comercio dinámico y diversificado, capaz de atender a toda una población local y flotante. Los primeros habitantes de esta ciudad pertenecían a la comarca de la actual ciudad de São Simão y probablemente muchos de ellos fueron enterrados en las iglesias de esta localidad. Cuando Ribeirão Preto se convirtió en parroquia, los enterramientos eran posiblemente realizados en el interior de las Capillas y de las propias haciendas de la región. Con la instalación del pueblo de São Sebastião do Ribeirão Preto, fundado en 1856, la sociedad obtuvo condiciones de construir el primer cementerio urbano atado a la iglesia y a partir de éste muchos otros. A cada nuevo cementerio instalado se ve el reflejo de la mentalidad y el gesto dominante del grupo social de que procede, cuya amplitud fue mayor de lo que se supone.
El Cementerio da Saudade nació para suplir las necesidades urbanas de la ciudad de Ribeirão Preto, que se encontraba en una fase de expansión proveniente de la simbiosis café-ferrocarril. Fue construido en el barrio de los Campos Elíseos, que, en la época, se asemejaba bastante al barrio paulistano del Brás, dado el constante movimiento de obreros en esta parte de la ciudad. Se sigue el modelo de planta estándar, compuesto por cuadras alineadas y secuenciadas. Se trata de una ciudad en miniatura, con vías de acceso a un edificio principal, que, en el caso, es la Capilla. Este sitio público está imbuido de elementos cívicos y religiosos.
Entre las personalidades ilustres enterradas en Cementerio da Saudade están los políticos Antonio Duarte Nogueira, Costabile Romano, Fábio de Sá Barreto, João Rodrigues Guião, Joaquim Camilo de Moraes Mattos, Orlando Jurca Condeixa Filho, Veiga Miranda; las familias Martins, Maciel, Delgado, Junqueira, Alves Ferreira, Penteado, Lemos do Val, vinculadas a la producción del café; los comerciantes exitosos, como los de la familia Espinelli, los de la familia Rocha y los de la familia Biagi; los artistas e intelectuales Leonello Berti, Jirges Dieb Ristum, Pedro Manuel Gismond; los marmolistas que constituyeron muchas tumbas en el lugar, Carlo Barberi, Antonio Roselli, João de Bortolli y Amleto Belloni. Los más religiosos pueden visitar los túmulos de Don Aparício, Padre José Alsemi y de las Hermanas Ursulines.
También encontramos tumbas de romerías, como los de la Niña Piedade, del Niño Zezinho y de Nossa Senhora da Cabeça (la Virgen de la Cabeza). La gran parte anónima de la ciudad se encuentra enterrada en los cajones de muro, dispuestos en filas, decorados de modo muy particular por los parientes-propietarios que expresan sus sentimientos de acuerdo con el gusto estético popular y particularizado.
Este cementerio convencional secularizado nos deja nítidas la exaltación de la muerte, la intolerancia de perder un ente cercano y también la inmortalización de ellos a través de los monumentos allí instalados. Se considera un patrimonio histórico-cultural, ya que la antigua necrópolis tiene mucho que revelarnos a través de su diversidad arquitectónica. Se ve que, en el silencio de los símbolos presentes, se produjo cierto gusto artístico fácilmente asimilado por la población local: el neoclásico, el eclecticismo, el realismo y el art nouveau. Las tumbas, construidas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, contienen una serie de imágenes y adornos adorados por las personas, según su formación religiosa y moral.
Hay el predominio de símbolos cristianos, como las imágenes de ángeles, santos y santas. Sus expresiones plásticas nos revelan diferentes períodos que la ciudad vivenció, entre ellos el auge del café, con sus coroneles; las diversas crisis, como, por ejemplo, la de 1929; las epidemias de fiebre amarilla y de viruela; el ciclo de la caña de azúcar y de la agroindustria, en fin, quedan expresadas las diferencias sociales dentro de un mismo recinto repleto de memorias. En las tumbas modernas también persiste el despertar de los más profundos y significativos sentimientos, que contribuyeron para construir el “inconsciente colectivo” de la sociedad de Ribeirão Preto. Pese a las demoliciones y al abandono de algunas tumbas, todavía existen algunos monumentos importantes que pueden ser evaluados en sus aspectos turístico, arquitectónico e histórico, potenciando, de esa forma, la visita al Cementerio da Saudade.
El cementerio es una institución cultural de la sociedad occidental. La preservación de su patrimonio es una de las formas de legitimarlo, así como a las actividades artísticas y culturas realizadas in loco.
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